El teletrabajo ha venido para quedarse, pero será necesario una regulación

En estos últimos meses no hemos parado de oír este nuevo término “teletrabajo”, y de una manera u otra, muchas personas han cambiado su forma de trabajar anterior: presencial, desplazándose a una oficina, con un horario concreto, por esa nueva modalidad de teletrabajo online: virtual, desde casa y casi sin límites horarios. Muchos comercios se han sumado también a la venta online, realizando pedidos a domicilio y facilitando la compra por internet. Teletrabajar parece la panacea, la solución para todo: evitamos desplazamientos innecesarios y evitamos el contagio. Sin embargo, está comprobado que teletrabajar con niños pequeños en casa es casi imposible, y que sin apoyo la conciliación se convierte en un reto para muchas familias. Además de que implica la necesidad de disponer de ordenador y una conexión a internet, algo que hay personas que no se pueden permitir.

De forma paralela, se está produciendo un fenómeno muy particular relacionado con un éxodo de las ciudades hacia la periferia y el ámbito rural. Según datos del portal Idealista, las búsquedas de casas en estas zonas han crecido en toda España, frente a la búsqueda de vivienda en el centro de las ciudades, que ha descendido. La crisis ha despertado un interés por vivir en las zonas rurales, tradicionalmente vacías y despobladas.

Hay profesiones que lo tienen más difícil para teletrabajar

Asimismo, es evidente que no todo el mundo puede teletrabajar, y que son muchos los trabajos incompatibles con ello. Desde el agricultor o ganadero (porque el campo no entiende de horarios y los animales tienen la “mala costumbre” de comer todos los días), a los policías, bomberos, etc. Incluso el profesorado, sobre todo de educación infantil, primaria y secundaria, que estas semanas han tenido que cambiar la metodología de trabajo a marchas forzadas, son alguno de los colectivos que más complicado lo tienen para trabajar online. Porque no nos engañemos, aunque hay profesores que se han reinventado grabando videos y tutoriales online para sus alumnos, ¡es todo un reto mantener la atención de una clase vía online, de hacer exámenes virtuales o de adaptar la metodología educativa a este nuevo formato!

Podemos decir que el 2020 está siendo un año clave para el teletrabajo. Según un estudio realizado por Caixa Bank establece que un 32,6% de los empleados en España podría teletrabajar, aunque antes de la crisis del coronavirus apenas lo hacía un 8%. Ese mismo estudio establece que se puede desarrollar una ocupación en remoto o virtualmente, “si ninguna de las tareas asociadas a dicha ocupación ha sido clasificada como difícilmente reproducible desde casa”. Asimismo, añade el estudio que las profesiones relacionadas con la información, las comunicaciones o los servicios financieros tienen un mayor potencial de teletrabajo frente a sectores como la construcción, el comercio minorista, donde es más difícil de establecer esta manera de trabajo por las actividades desempeñadas.

Hace falta una regulación y marcarnos unos horarios

No obstante, con una buena regulación y unos horarios marcados, el teletrabajo puede ser una oportunidad para muchas personas. Es posible criar a nuestros hijos e hijas en el campo, en contacto con la naturaleza y a la misma vez desarrollar nuestra carrera profesional. Si no hace falta desplazarse al trabajo a diario, la vida se mantiene en los pueblos y en la periferia, que se llenan de vida no solo los sábados y domingos, sino durante toda la semana. También supone un ahorro del dinero que nos gastamos en gasolina y del tiempo en reuniones improductivas o en los desplazamientos, con esos eternos atascos de entrada y salida a las grandes ciudades.

Según el estudio de Caixa Bank que mencionábamos anteriormente, es muy probable que las empresas empiecen a apostar por ofrecer el teletrabajo a sus empleados, invirtiendo en comunicación y tecnologías, y en la contratación de nuevos profesionales. A día de hoy, una buena conexión a internet es la llave que nos puede permitir el vivir con las condiciones de vida que anhelamos, pero para eso hace falta educarnos en un correcto uso del teletrabajo: ni estamos disponibles 24 horas, ni atendemos emails o llamadas a partir de determinadas horas. Como una jornada laboral presencial, necesita su regulación y un apoyo para su implementación.  Una forma de apostar por nuestros sueños.

¿Comprar una vivienda? Tendencias del mercado inmobiliario para 2020

A principios de 2020 nadie se podía imaginar el escenario en el que nos encontramos actualmente, comenzando el año con un despegue del mercado inmobiliario y una tendencia de crecimiento económico a todos los niveles. Sin embargo, estos últimos meses han supuesto un cambio general en nuestras vidas y nuestra manera de vivir, y no sólo porque la pandemia del coronavirus haya paralizado el país económicamente, sino porque probablemente muchos de nuestros hábitos y rutinas no van a volver a ser iguales. No obstante, esta nueva coyuntura puede suponer un nuevo enfoque a la hora de comprar una vivienda.

Cambios en los criterios de búsqueda de una vivienda. La periferia gana peso

Después de pasar confinados en casa varios meses, conviviendo con los niños, haciendo ejercicio y teletrabajando, son muchas las familias que han visto la necesidad de tener un espacio mayor, a poder ser con jardín o cerca de espacios abiertos. El confinamiento nos ha hecho valorar más los balcones, las terrazas y los jardines, la diferencia entre un piso interior o exterior o el tener parques y zonas de campo cercanas donde poder estar en contacto con la naturaleza. Y una vivienda con todas esas características es muy difícil de encontrar en el centro de las ciudades a un precio asequible. Ahí es cuando vivir en la periferia, en alguno de los muchos pueblos que rodean Madrid se puede convertir en una oportunidad.

Al igual que el resto de sectores (y el país completo), el inmobiliario ha sufrido una cuarentena. Es evidente que durante estos meses ha bajado mucho la compra-venta inmobiliaria, y la realidad ha cambiado para muchas personas y empresas. No obstante, desde portales especializados creen que se sigue respirando interés, y que aunque la crisis nos pueda llevar a una situación parecida a la de 2008, con dificultades evidentes para el mercado español, esperan que la demanda regrese buscando activos con precios asequibles para el mercado e hipotecas con bajos intereses.

El teletrabajo ha venido para quedarse, pero será necesario una regulación

Dentro de este punto de vista, creemos que esta situación puede ser una oportunidad, dada la coyuntura actual. Con numerosas empresas instaurando el teletrabajo como norma, ya no existe la limitación geográfica: con una buena conexión wifi se pueden limitar las visitas presenciales a la oficina a una o dos veces a la semana –incluso menos– y cada vez son más frecuentes las videollamadas y el trabajar online. Más aún si hablamos de trabajadores freelance donde la deslocalización geográfica es la norma y para los que disponer de un espacio en casa donde trabajar o crear un estudio puede ser una manera de optimizar tiempo y recursos. 

El COVID-19 cambia la demanda de vivienda. De la ciudad al campo

Otro aspecto a favor de esta tendencia son los bajos datos de contagio por coronavirus que se han dado en muchos de estos municipios de la comunidad de Madrid, sobre todo si los comparamos con los registrados de Madrid. Tanto Valdeolmos-Alalpardo como otros municipios de la zona de la cuenca del Jarama tienen la suerte de no haber tenido muchos casos de personas contagiadas, con una evolución muy favorable para el futuro. Si a esto le sumamos la posibilidad de tener la naturaleza “en la puerta de casa”, pero sin renunciar a las comodidades de colegios, comercios, farmacias o centros de salud, la vida en estos municipios se presenta como una oportunidad apetecible para muchas personas.

El certificado de eficiencia energética. Qué es y para qué sirve

El certificado de eficiencia energética de una vivienda contiene información sobre las características energéticas y la calificación energética de la misma, y se puede emitir también de un edificio completo o parte del mismo.

Pero, ¿por qué es importante?

Porque el certificado energético es un documento imprescindible para poder vender o alquilar un inmueble. Este certificado ofrece información sobre el consumo energético y las emisiones de CO2 de la vivienda, y desde junio de 2013, por la aplicación de una Directiva europea es obligatorio para realizar cualquier venta o alquiler en España.

Es un documento complejo de varias páginas que contiene información sobre la situación y la orientación, la iluminación, la envolvente y los sistemas de producción de energía del inmueble, entre otros aspectos. Informa además del consumo actual de energía y de la cantidad de CO2 que se puede emitir, dos aspectos fundamentales no solo para concienciarnos con el planeta y la lucha contra el cambio climático, sino porque una eficiencia energética supone un ahorro de gasto considerable. Para facilitar la comprensión de este documento, siempre se acompaña de una etiqueta de eficiencia energética, que califica los resultados obtenidos por la vivienda y que irá desde A (más eficiente) a G (peor valorado). Además, se indica con unos colores que van desde el verde al rojo pasando por la gama de amarillos y naranjas y que intuitivamente relacionaremos con el tipo de resultado obtenido.

Como hemos dicho, el certificado energético es un documento obligatorio y por lo tanto, debe ser emitido por una persona especializada (normalmente serán arquitectos o ingenieros habilitados para ello con la formación necesaria). Sin embargo, el Real Decreto 235/2013 recoge una serie de excepciones a esta obligatoriedad, que serían, por ejemplo, para los edificios históricos o religiosos, edificios con una superficie útil total inferior a 50 m2. o en los edificios cuyo uso sea inferior a cuatro meses al año, entre otros. Por todo ello hay que estar pendientes porque son muchas las viviendas que, en función de su uso y características pueden quedar exentas.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que el certificado de eficiencia energética no dura para siempre, tiene una validez de 10 años, y pasado este tiempo, hay que renovarlo de nuevo. Esta es la información que ofrece la Comunidad de Madrid para tramitar el certificado de eficiencia energética en edificios de nueva construcción y en edificios ya existentes.

Aparte de su obligatoriedad, es importante tener en cuenta los aspectos que refleja el documento y los resultados obtenidos en la valoración, porque una vivienda con una buena calificación a nivel de eficiencia energética ahorrará mucho más en el consumo de energía que otra que no lo esté, y este aspecto es fundamental para los usuarios.

En San Gregorio Inversiones somos expertos en compra-venta de inmuebles, ofreciendo los mejores materiales y acabados en todos nuestros edificios. Actualmente tenemos una promoción de obra nueva en Alalpardo-Valdeolmos, un municipio del noroeste de Madrid en plena expansión.