El ayuntamiento de Valdeolmos-Alalpardo reparte 8000 mascarillas entre los vecinos

El Ayuntamiento de un municipio tiene la responsabilidad de cuidar a sus vecinos y vecinas, más aún cuando nos encontramos en una situación de especial gravedad como es la pandemia global que estamos viviendo estos días. Por eso, compartimos aquí una iniciativa que se ha desarrollado recientemente en en el municipio de Valdeolmos-Alalpardo y que nos parece interesante a destacar: el reparto de 8000 mascarillas quirúrgicas como protección para los ciudadanos contra el coronavirus en los tres núcleos urbanos, Valdeolmos, Alalpardo y Miraval .  

Las mascarillas y en general, los materiales de protección sanitaria están siendo muy cotizados estos días, por su escasez y porque es fundamental para evitar el contagio. En este caso, nos cuentan desde el Ayuntamiento de Valdeolmos-Alalpardo, las mascarillas que se han repartido entre los vecinos provienen de China y han sido compradas por el propio Ayuntamiento. Son mascarillas quirúrgicas, que, aunque no son efectivas para trabajar durante estos días en hospitales o centros de salud, para el día a día de los vecinos y las pequeñas salidas que tengan que hacer son muy adecuadas. “Tienen todas las exigencias y requisitos que marca la Unión Europea y con la marca CE. Absolutamente homologadas”, nos confirman. Según los datos de la comunidad de Madrid, la zona de Algete y alrededores no es de las que mayor incidencia por coronavirus está teniendo pero aun así, no hay que bajar las precauciones en una situación de pandemia global.

“La idea de comprar y repartir mascarillas surge ante la falta de medios de protección proporcionados por el Estado que no nos ha aportado ni un solo material al municipio. Hemos entendido que el Ayuntamiento tenía que ponerse al frente de la situación y hacer algo por todos nuestros vecinos, ya que para ellos era prácticamente imposible conseguir mascarillas ante la ausencia de estas en el mercado tradicional”, nos cuenta Miguel Ángel Andrade, el alcalde de Valdeolmos-Alalpardo.

El pasado domingo 19 de abril tuvo lugar el reparto, para el que un grupo de voluntarios –coordinados a través del grupo solidario de whatsapp que tienen los vecinos– se encargó de ir casa por casa por los 3 núcleos urbanos del municipio: Alalpardo, Valdeolmos y Miraval. En este grupo de ayuda vecinal también está integrado el Ayuntamiento, así que la coordinación fue fácil y la respuesta muy positiva, tanto de los 15 voluntarios que participaron, como de los vecinos, que recibieron un pack de 4 mascarillas y un par de guantes en su propia vivienda.

A los pocos negocios que están abiertos durante estas fechas en Valdeolmos y Alalpardo, principalmente comercios de alimentación y farmacias, nos indican desde el Ayuntamiento que también les han hecho entrega durante estas semanas de mascarillas, pantallas protectoras y gel hidroalcohólico. Gestos cargados de simbolismo que son de agradecer en estos días de incertidumbre.

Información de interés

Queremos construir tu hogar, el lugar donde tu familia y tú os sintáis verdaderamente en casa, por eso creemos que es nuestra labor apostar estos momentos por la responsabilidad social de todos, empresas y ciudadanos. Consulta nuestra guía Especial Coronavirus.

Orientaciones para la cuarentena

Estos días de confinamiento en casa se nos pueden hacer muy duros. Sin embargo, podemos apoyarnos en la experiencia de las personas que están acostumbradas por su trabajo a permanecer tiempo aislados y en soledad, o a los psicólogos expertos en tratar estos problemas. Todos coinciden en una cosa: la clave radica en cómo nos enfrentamos a los problemas y situaciones diarias, de nuestros pensamientos y actitudes a la hora de tener que permanecer en casa aislados. Desde San Gregorio Inversiones estamos haciendo una lista de orientaciones y consejos para compartiros durante esta cuarentena.

Aprovecha el tiempo para planificar tus nuevas rutinas

En primer lugar, tengamos muy claro ese sentimiento de responsabilidad: estoy en casa, y estoy haciendo lo correcto. Planificar tu nuevo día a día va a ayudarte mucho. Elabora nuevas rutinas. En casa puedes hacer tantas cosas… Trabajar, leer, cocinar, realizar ejercicio físico o ver esa serie que tenías pendiente.

Informémonos adecuadamente sobre el desarrollo de la crisis

Para ello, lo recomendable es seguir estos tres consejos: acudamos siempre a fuentes oficiales, evitemos la sobreinformación ya que nos podrá causar estrés y ansiedad y no compartamos bulos. De esta forma no contribuiremos a generar alarmas innecesarias.

Sigamos en contacto con nuestros seres queridos

Conversar con nuestra gente nos ayudará a afrontar la situación tan extraña que estamos viviendo. Nos puede aportar calma, tranquilidad y algunas risas. Y no lo olvidemos: ¡Estamos haciendo lo correcto quedándonos en casa!.

Cuidemos más que nunca nuestras emociones

La incertidumbre de estas semanas hacen que nuestro ánimo falle y, en consecuencia, podemos llegar a no responder adecuadamente a estas situaciones. Cuidemos nuestro estado de ánimo, lo que decimos y cómo lo decimos. Hagámoslo por nosotros y por la gente que nos rodea.

¡Es la hora de la creatividad!

Crear nuevas rutinas deportivas, aprender un par de recetas de chuparse los dedos, atreverse a tocar un instrumento, apuntarse a ese curso online que estaba pendiente, organizar el armario, probar un nuevo videojuego solo o en familia, experimentar con los colores y ponerte a pintar… Cuando todo esto pase, puede que tengamos menos tiempo para este tipo de actividades.

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Un WhatsApp vecinal está sacando a relucir la parte más solidaria en Valdeolmos-Alalpardo durante la cuarentena

Esta situación extraña que nos ha tocado vivir con la crisis del coronavirus está sacando a relucir la parte más solidaria de muchas personas. Un ejemplo de ello son las diferentes iniciativas que están surgiendo entre los vecinos de los pueblos y en barrios de toda España. En Valdeolmos-Alalpardo hablamos con Manu, vecino del pueblo, sobre el grupo de voluntariado que han creado para ayudar a los grupos más vulnerables durante el estado de alarma.

Este grupo de voluntariado surgió a mediados del mes de marzo, apenas se había iniciado el confinamiento en el país, con la iniciativa de un vecino que escribió a un grupo de Whatsapp al móvil.  “Yo lo único que hice fue crear el grupo, todo lo demás es culpa de los otros vecinos que están ahí todo el día atentos” comenta Manu, explicando su rol en esta iniciativa vecinal. Insiste mucho en la idea de que esto es una acción solidaria liderada por todos, y lo cierto es que enseguida empezó a unirse la gente, y en la actualidad hay más de 200 participantes en ese grupo de voluntarios y voluntarias para ayudar.

El objetivo estaba claro, buscaban crear una herramienta para hacer ver a la gente mayor, a las personas con alguna discapacidad o necesidades especiales, y en general a todos los vecinos, que se hicieran eco de la iniciativa y que estuvieran tranquilos, “que supieran que tenían un vecino al lado dispuesto a echarles una mano”, explica Manu. Cuenta que han involucrado a muchas personas, entre ellas al alcalde, la farmacia, la clínica veterinaria o el cura. “Los imprescindibles del pueblo, los que conocen a todo el mundo y están en contacto con la gente”, admite. 

El grupo está muy bien organizado. Manu nos cuenta algunos ejemplos que han ido realizando durante estos días. Por ejemplo, cuando la farmacia pide apoyo para entregar un pedido a domicilio, enseguida hay una persona que se ofrece a recogerlo y lo lleva, o cuando el cura necesitaba una furgoneta para recoger una donación de alimentos, rápidamente se la encontraron lanzando la petición al grupo. “Me sorprende que no nos estén necesitando más. Hemos dado difusión al grupo de voluntariado porque muchas veces pienso ¿estaremos llegando?”. Aunque la Comunidad de Madrid acumula más de 50.000 personas contagiadas por coronavirus, en el municipio el número de afectados está siendo bastante bajo. Mapa interactivo del coronavirus en los distritos y municipios de la región.

Se han organizado creando un documento en el que la gente va detectando necesidades que ellos mismos puedan resolver: desde reparar un ordenador –imprescindible para muchos estos días – , grupos de ayuda para las PYMES gestionados por un par de asesores, algún abogado que también ha ofrecido su ayuda para lo que pudieran necesitar o una doctora que resuelve muchas dudas vía mensajería al móvil. El valor que tiene este grupo online de vecinos es que cada uno ofrece lo que sabe, el apoyo a nivel profesional y su tiempo. Es un intangible, pero ahí radica su fortaleza.

El objetivo final, como bien explica Manu es generar comunidad. “Este no es un pueblo en el que salgas a la plaza y te tires una hora hablando con los vecinos. Sin embargo, hemos creado una “plaza virtual” que me está sorprendiendo muchísimo y para bien”, nos explica, salpicando la conversación de anécdotas y diferentes historias que gracias al grupo han conseguido solucionar, o de personas a las que han aprovechado para felicitar su cumpleaños durante estos días. “Están pendientes de todo, desde la cosa más tonta. Enseguida hay un aluvión de personas dispuestas a echar una mano”.

A través de este grupo creado en una aplicación del móvil, se ha llevado a cabo una iniciativa vecinal que, cuando todo pase, probablemente seguirá activa más allá de las pantallas. “No podemos volver a la normalidad, vamos a volver a otra normalidad diferente”, nos insiste. Lo cierto es que cuando todo pase, para bien y para mal, nada volverá a ser como antes.

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Comercios de proximidad, más que nunca el valor de la cercanía

Las diferentes medidas tomadas por el gobierno durante este confinamiento han sido en su mayoría dirigidas a evitar el contagio por el coronavirus. Por eso han cerrado comercios, bares y restaurantes, salones de celebraciones, centros educativos, etc. Sin embargo, y dentro de la gravedad de la situación que estamos viviendo, permanecen abiertas las tiendas de alimentación y los restaurantes que sirven comida a domicilio, para poder seguir comprando comida preparada, alimentos y productos de primera necesidad.

Es durante estos días cuando realmente ponemos en valor al comercio de proximidad, a esas carnicerías, panaderías, fruterías o tiendas de ultramarinos de toda la vida, a esos pequeños supermercados de barrio que siempre nos han sacado de un apuro, y que ahora están desarrollando una importante labor. En los pueblos pequeños, estos comercios tienen un gran peso, no solo por ser de los pocos que permanecen abiertos, sino por el papel social que tienen. Muchos ahora llevan los pedidos a domicilio a las casas de los clientes, sobre todo de personas mayores. Sin embargo, la realidad es compleja para todos, y la amenaza de una crisis económica como la de hace unos años acecha a la vuelta de la esquina.

Dani es el propietario de La Tiendita de Dani, una tienda de alimentación de Alalpardo, que lleva abierta poco más de 10 años. Durante todas estas semanas, incluida la Semana Santa están atendiendo encargos que la gente les hace por whatsapp para entregar a domicilio, repartiendo los pedidos en unas 24 horas. Se han organizado por redes sociales, principalmente Facebook, para poder llegar a todas las personas. “Mantenemos todas las medidas de protección”, confirma Dani, “que la gente esté tranquila por eso”. La iniciativa surgió para darle una alternativa a muchos vecinos de Alalpardo, sobre todo para evitar que las personas mayores saliesen a la calle, pero aparte de ese público, también hay mucha gente que viene por primera vez, principalmente joven, que está pidiendo el reparto a domicilio. La situación se repite con Sonia, la propietaria de la panadería de Alalpardo. Desde la panadería también hacen repartos a domicilio de pan y repostería a muchas personas del pueblo: “cuando les llevo el pan a domicilio, sobretodo a las personas mayores, es una pena, verles en sus casas, con resignación”, nos contaba Sonia sobre su experiencia durante estos días con el estado de alarma, que compartimos junto a las de otros vecinos de Valdeolmos-Alalpardo

Una realidad que ya forma parte de nuestra rutina diaria, a la que nos estamos acostumbrando. Sin embargo, lo importante es que más allá de la compra de productos, hay personas que se interesan por otras, personas que intentan echar una mano a quien lo necesite para que nadie se quede atrás. Compartiendo una de las reflexiones de Simona, que trabaja también en La Tiendita de Dani y que ha publicado en facebook. “Cuando tú vienes a comprar y te llamo por tu nombre, te pregunto por tus hijos, por un problemilla que estás pasando, o cuando te faltan 7 euros porque no pensabas comprar tanto. Ahora te das cuenta: a mí, a esa pequeña tienda del pueblo, me importas. Yo quiero verte pasar, abrir la puerta y verte sonreír, o estar allí para darte ánimos. Y es porque a pesar de todo, el ser humano se mueve por emociones y sentimientos. Cuenta conmigo, nadie está solo.”

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Las farmacias de la Cuenca Media del Jarama frente al coronavirus. La importancia de su trabajo durante el estado de alarma

Si hay un sector que está trabajando en primera línea frente al coronavirus durante estas semanas, ese es el sanitario. Personal médico, de enfermería… y todas las personas que trabajan en hospitales y centros de salud que están haciendo un esfuerzo tremendo para poder parar esta pandemia. En San Gregorio Inversiones, queremos hacer nuestro pequeño homenaje a otro colectivo sanitario de gran importancia estos días y que está en contacto directo con la población: las farmacias.

Un farmacéutico es un profesional sanitario de gran peso sobre todo en municipios pequeños, porque según datos del Consejo General de Colegios Oficiales Farmacéuticos de España, 1 de cada 4 farmacias en España se encuentra en el ámbito rural. Estos profesionales no solo venden medicamentos, sino que aconsejan a pacientes, controlan los síntomas de diferentes enfermedades, se acercan incluso a casa de los enfermos más mayores a llevarles los medicamentos para evitar que tengan que salir a la calle y estos días más que nunca, están realizando la labor de la atención primaria sanitaria, tan fundamental en el día a día de muchas personas.

De eso saben bien en la Farmacia el Saz de Fuente el Saz, donde Miriam nos dice que estos días está notando a mucha gente que viene a consultarles a ellos “es una labor de intentar ayudar, porque el Centro de Salud está colapsado, no cogen llamadas, la gente viene del hospital con informes de COVID-19… nuestro trabajo también es intentar ayudarles, hacer un poco de todo”. El trabajo de los farmacéuticos también tiene mucho de atención psicológica y de saber escuchar, porque la gente viene con muchas dudas. Raquel, auxiliar en la Farmacia Corral Cumplido de Alalpardo reconoce que lo que más le gusta es “el poder ayudar a la gente que ahora mismo lo necesita, escucharla, atenderla, darle lo máximo posible. Escucharles, darles ánimo y mucha atención para mi es importantísimo”, reitera.

Con muy pocos medios de protección, en algunas apenas unas pantallas de plástico para protegerlas del contagio, esta es una reivindicación compartida por todos los sanitarios con los que hemos hablado, donde la escasez de mascarillas y de material de protección es un problema recurrente. Otra de sus preocupaciones es intentar no dejar a ninguna persona desatendida, evitando que se tengan que desplazar hasta la farmacia si son mayores o población de riesgo. En Fuente el Saz trabajan coordinados con Protección Civil y la Policía Local, y en Algete, nos cuenta Verónica de la Farmacia Paloma Pérez, que “la gente que sabemos que no puede salir, nos hemos puesto en contacto con ellos e incluso algunas veces les hemos llevado lo que hayan necesitado”. Como podemos comprobar, una dedicación por parte de estos profesionales sanitarios que está haciendo que nadie se quede desatendido. “Te gusta ver que hay gente que valora tu trabajo”, nos reitera Miriam, de Fuente el Saz.

Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, sólo a comienzos de abril, la crisis del coronavirus ha provocado el fallecimiento de 8 farmacéuticos y ha dejado a 270 en cuarentena. Además, 57 farmacias se han visto obligadas a cerrar. Desde San Gregorio Inversiones, queremos mostrar nuestro apoyo y agradecimiento a todos los profesionales de la sanidad que estos días están trabajando en primera línea contra el coronavirus.

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La solidaridad entre los vecinos sale a luz cuando más se necesita

Cuando estamos planteándonos irnos a vivir a un nuevo hogar, hay un aspecto importante que no solemos tener en cuenta y que a la hora de la verdad siempre nos plantea ciertas dudas: ¿quiénes van a ser nuestros vecinos? ¿cómo serán? ¿nos entenderemos con ellos?

La realidad nos muestra, que más allá de pedirles un favor puntual (el socorrido “vecino, ¿me puedes prestar un poco de sal, por favor?), estas personas van a formar parte de nuestras vidas, sobre todo en estos momentos de confinamiento donde todos debemos permanecer en casa. En San Gregorio creemos que los vecinos en muchas ocasiones son como una extensión de nuestra propia familia, en un pueblo pequeño como puede ser Valdeolmos-Alalpardo. Por eso, en esta ocasión queremos compartiros iniciativas solidarias que diferentes vecinos en toda España están llevando a cabo con motivo de la cuarentena impuesta por el coronavirus. Porque esta crisis sanitaria y económica nos afecta a todos, pero solo podremos superarla si lo hacemos juntos.

El mejor ejemplo de solidaridad es el aplauso que todos los días a las 20h, cuando desde ventanas y balcones de toda España todo el vecindario hace un aplauso a los sanitarios por su importante trabajo en esta crisis.

En muchos bloques de edificios donde viven personas mayores se han compartido mensajes donde vecinos más jóvenes se ofrecen a hacer la compra a quienes no pueden, para evitarles que tengan de salir de casa o que vean muy modificadas sus rutinas. También se han compartido mensajes de apoyo en las zonas comunes y los ascensores, y en las casas con balcón es frecuente que se hayan colgado carteles de ánimo con mensajes optimistas y esperanzadores que nos invitan a pensar que todo va a salir bien.

En el municipio de Valdeolmos-Alalpardo ha surgido una iniciativa solidaria vecinal que está teniendo muy buena acogida. Han creado un grupo de Whatsapp solidario entre los vecinos por el que comparten las necesidades del municipio, intentando que todos la gente mayor o las personas con alguna discapacidad estuvieran tranquilas durante estos días, porque ellos estaban allí, “que supieran que tenían un vecino al lado dispuesto a echarles una mano”, tal y como cuenta Manu, uno de los vecinos que está detrás de este grupo online que incluye también al cura, al alcalde, la farmacia o la clínica veterinaria, entre otros.

La tecnología ha sido clave en muchas iniciativas. En Málaga por ejemplo, han desarrollado “La Noria social Hub”, una app que pone en común iniciativas ciudadanas para apoyar a las personas durante el confinamiento. Y en Madrid, Valencia y Barcelona está funcionando la app “¿Tienes sal?” que busca conectar a diferentes vecinos con las necesidades que puedan tener.

La carencia de mascarillas y batas en numerosos lugares ha hecho que surjan iniciativas de todo tipo dispuestas a producir estos productos: desde particulares hasta empresas que han puesto su maquinaria y experiencia para cubrir esta necesidad. A comienzos del mes de abril, y coordinados gracias al grupo de Whatsapp vecinal, en Valdeolmos-Alalpardo el Ayuntamiento hizo una donación a los vecinos, casa por casa, de un pack de mascarillas quirúgicas y guantes, para que pudieran disponer de alguna medida de protección.

También hay iniciativas como las de cartas de apoyo a los pacientes. Una idea que surgió en el Hospital de La Paz en Madrid y que lleva ya más de 35.000 cartas recibidas.

Seguro que hay muchas más, ¿conocéis alguna iniciativa solidaria que queráis compartir?

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La crisis del coronavirus no golpea a todos por igual

Durante estos días estamos viviendo una realidad que nos obliga a todas las personas, a cambiar nuestros hábitos diarios, nuestra forma de vivir y rutinas. Sin embargo, este virus no afecta por igual a todas las personas. Aparte de la población de riesgo que indican los sanitarios, la crisis del coronavirus está afectando más a las personas con menos recursos y oportunidades. Son las que pierden primero sus empleos, las que tienen menos acceso a las opciones de ocio online, las que tienen que convivir familias enteras en pisos minúsculos donde la separación para evitar el contagio es inviable, o las que tienen que salir a trabajar a diario en empleos precarios pero que no se pueden arriesgar a perder. El coronavirus no golpea a todos por igual, porque la desigualdad existe. Una breve reflexión para estos días de cuarentena.

Acceso al agua. Lavarse las manos con agua y jabón

Seamos muy conscientes de que, aun con las molestias evidentes que supone el tener que estar confinados en casa, poder disponer de agua corriente es un lujo. Según datos de UNICEF, 3.000 millones de personas en el mundo no disponen de instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón en su hogar. Aprovechemos este recurso de manera sostenible y consciente, sin desperdiciarlo, porque en otras regiones tienen problemas de abastecimiento y son frecuentes los cortes y racionamiento del agua.

La brecha digital y educativa

La brecha digital y educativa se hace más patente en las familias con menos recursos, sobre todo cuando hay menores en edad escolar. Al estar confinadas en casa, las familias más humildes y con menos recursos son las más perjudicadas, ya que tienen un menor número de dispositivos electrónicos, mayores dificultades para acceder a internet y pueden gestionar peor el estrés y la ansiedad por esta situación de crisis económica y laboral.

Infravivienda. La realidad de tener que permanecer en casa

No es lo mismo pasar la cuarentena confinados en una casa luminosa y amplia, con terraza o jardín, que en un piso interior donde convive una familia de varios miembros. El día a día se puede sobrellevar cuando se pasaba mucho tiempo fuera, trabajando, estudiando o en la calle, pero el estar encerrados en casa muestra la fragilidad de muchos hogares españoles. La realidad de muchas personas son familias hacinadas conviviendo en pisos pequeños, en habitaciones con mala ventilación o lo más frecuente: sin luz natural. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en España hay 23.500 hogares en los que no hay ni 10 m2 por habitante, estos hogares sobreocupados se dan sobre todo entre las personas que se encuentran en situación de exclusión social.

Maltrato y confinamiento

¿Qué hacer cuando la persona con la que convives es tu maltratador? Esta es una de las consecuencias más complicadas del confinamiento. La violencia de género es una realidad para muchas mujeres y menores, porque aumentan las tensiones en el hogar y al no poder salir se favorece el aislamiento de las víctimas. Por eso, en periodos de convivencia prolongada o de encierro hay datos que certifican que suben las agresiones. Una iniciativa para evitar la desprotección de las mujeres más vulnerables es la llamada Mascarilla-19, un código que las víctimas pueden decir en la farmacia más cercana para solicitar asistencia. Desde las administraciones recuerdan también que el número 016 de asistencia a víctimas de violencia de género sigue disponible.

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Cómo lavarse las manos correctamente

Puede parecer una tarea muy simple, que hacemos de manera cotidiana y en apenas unos segundos, pero es muy importante realizar un correcto lavado de manos para prevenir el contagio de enfermedades respiratorias como el coronavirus.

No debemos lavarnos las manos solo antes de comer, también:

  • Antes de salir y justo al llegar a casa,
  • cuando hayamos estado en contacto con la ropa o utensilios de una persona enferma,
  • antes y después de limpiar la casa,
  • después de toser o estornudar,
  • después de ir al baño,
  • antes de tocar a un bebé,
  • antes de tocarnos la cara,
  • después de jugar o darles de comer a nuestras mascotas…

Por eso es muy importante que sepamos mantener una higiene de manos adecuada.

Con agua y jabón

Para empezar, un correcto lavado de manos debe durar sobre unos 50-60 segundos. En primer lugar, hay que mojar las manos debajo del chorro del agua. Coger la pastilla de jabón o el jabón líquido y frotarse vigorosamente las dos palmas de las manos, y posteriormente con una mano el dorso de la otra y viceversa. A continuación, debemos restregar entre los dedos, primero con una mano y luego con la otra. Si tenemos las uñas largas, hay que prestar mucha atención a la suciedad que pueda quedarse adherida debajo de las uñas. Después, enjuagarse bien con agua limpia, restregando las dos manos entre sí para eliminar cualquier resto de jabón. Por último, secarse bien las manos. Aquí es importante que tengamos una toalla limpia destinada exclusivamente a las manos, y que, si hay alguna persona enferma, use su propia toalla. En casa, si mantenemos las medidas de higiene, no es necesario utilizar toallas de papel de un solo uso. Sin embargo, en lugares donde el baño sea frecuentado por muchas personas sí son recomendables.

Con un desinfectante con base de alcohol

Si utilizamos gel desinfectante, este debe de tener una composición mínima del 60% de alcohol, y el proceso de lavado debe ser igual, frotando bien las dos manos intentando que no quede ningún espacio donde se puedan esconder los gérmenes. Aquí si que se dejaremos secar las manos al aire.

Lavarse las manos con frecuencia desde pequeños

A los niños y niñas cuando son pequeños, esta es una de las tareas que tienen que aprender. Para hacerles la actividad más fácil y crearles esa rutina donde lavarse las manos sea un juego para ellos han surgido numerosas iniciativas que fomentan este lavado continuo de las manos, tanto en niños como en adultos. ¡No nos olvidemos de lavarnos las manos!

Cuando lavarse las manos no es tan fácil

Seamos muy conscientes de que, aún con las molestias evidentes que supone el tener que estar confinados en casa, poder disponer de agua corriente es un lujo. Según datos de UNICEF, 3.000 millones de personas en el mundo no disponen de instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón en su hogar. Aprovechemos este recurso de manera sostenible y consciente, sin desperdiciarlo, porque en otras regiones tienen problemas de abastecimiento y son frecuentes los cortes y racionamiento del agua.

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Cuando todo termine. Voces y experiencias de los vecinos de Valdeolmos-Alalpardo

El día a día de la cuarentena está siendo complicado para muchas personas, sobre todo para quienes han tenido que cerrar sus comercios y los mayores, que son población de riesgo. Sin embargo, a pesar de que seamos muy diferentes entre sí, todos y todas coincidimos en muchas cosas. En este apartado, vecinos y vecinas de Alalpardo nos cuentan su rutina diaria y nos contestan a dos preguntas: Cuando todo termine, ¿qué harás cuando veas a esa persona/s que echas tanto de menos? ¿a qué lugar de Alalpardo te gustaría ir cuando todo vuelva a la normalidad?

Dani es el propietario de una tienda de alimentación en Alalpardo desde hace 10 años, aunque lleva ya 20 vinculado al pueblo. En los últimos 3 años ha notado que la afluencia de clientes ha bajado, sobre todo desde que abrieron el Centro Comercial de Algete. Sin embargo tiene claro a quien echa más de menos estos días: “cuando esto termine quiero abrazar a mi gente, familia y amigos y disfrutar de cada minuto con ellos” y más que un lugar, lo que quiere es salir al exterior, al campo. “Me valdría cualquier camino de los que frecuento cuando salgo a entrenar, eso lo echo mucho de menos, salir a correr”

Otra de las vecinas del pueblo es Ana, que vive en Alalpardo desde hace dos años. Es pintora y se dedica al arte desde muy pequeña. La rutina de la cuarentena se hace pesada también para ella, pero nada que no se pueda solucionar. “Gracias a Dios llevo bien el día a día. Pinto, rezo, me comunico con vecinos y amigos y estoy al pendiente de sus necesidades”. Ana tiene claro a quien quiere abrazar y adónde quiere ir cuando todo esto termine: “cuando termine la pandemia me gustaría abrazar a las personas que llevo en mi mente y corazón: a mis vecinas, a mis hermanos y hermanas de la iglesia, a las que me han apoyado de diversas maneras, a las que conozco poco pero saludo, y a las que respeto y agradezco el bien que han hecho a la comunidad. Con cada una de estas personas compartiría mi agradecimiento y cariño cristiano en el parque de Alalpardo, rodeada de naturaleza.”
 

Yolanda es la estanquera de Alalpardo. Lo es porque su padre era estanquero y su abuelo también lo fue. Lleva 19 años al frente del negocio, y su padre, aunque ya está muy mayor de vez en cuando aún le ayuda. “Tengo días mejores y días peores, pero yo confío en Dios y rezo mucho y eso me reconforta un montón. Yo sé que el Señor no me va a soltar y eso me hace seguir adelante.” Cuando todo termine lo que quiere es poder abrazar a sus padres, “que ahora sólo los veo por la ventana y de lejos”, insiste. “ E ir a darme un largo paseo por el campo con mi marido y subir a La Chaparra.”

Alalpardo es un pueblo pequeño pero lleno de vida. Dolores Margarita es auxiliar de la ley de dependencia, y lleva 14 años trabajando con las personas mayores o con necesidades especiales. Ella nació en Ecuador, y tiene a gran parte de su familia lejos. “Trato de llevar esta cuarentena lo mejor que puedo, aprovecho para estar más tiempo con mi hija”. “Sin duda alguna, cuando pase todo esto, disfrutaré paseando por Alalpardo”, cuenta con esperanza.

En Alalpardo también hay vecinos como Sonia, que desde el mes de julio regenta una panadería en el pueblo. La cuarentena está siendo dura para todos, y en los establecimientos de alimentación también. “A nivel personal mi día a día está yendo bien, dando gracias por tener salud y trabajo. Me duele mucho ver a mis clientes pasar a la tienda de uno en uno, aguantando una cola en la calle, llueva o no, separados por la distancia de seguridad” cuenta Sonia. Ella ya conoce a todos las personas que vienen a la tienda, tanto a las del pan a diario como a las que se llevan algo de dulce (o “quita penas” como ella les llama). Las suele animar y aunque no se le ve porque va con mascarilla, todos los días les da los buenos días con una sonrisa. “Es una lucha diaria. Cuando les llevo el pan a domicilio, sobretodo a las personas mayores, es una pena, verles en sus casas, con resignación. Pero como digo: queda un día menos.”

Cuando todo acabe, tiene claro a quién va a ir directa a abrazar: “¡A mi madre! Ella está sola, no sale y yo no entro a verla, aunque la llamo todos los días. Le llevo el pan y algún dulce y se lo doy a través de una ventana.” Hay un lugar de Alalpardo donde le encantaría ir, al final del prado, porque “hay un rincón lleno de espinos y su flor es preciosa.”

Cristina es la propietaria de varias empresas en Alalpardo, la más reciente una pequeña tienda de chucherías que regenta desde hace 3 años. Todos los días la abre y está allí hasta las 12h que llega la empleada, y después se va a casa a seguir la cuarentena. Tiene claro a quién echa de menos estos días y adonde quiere ir cuando todo termine. “¡Cuando todo esto pase, a los primeros que iré a ver será a mis padres, y luego al Toril a tomar algo con los amigos!”

Ignacio es el Director del Colegio Árula en Alalpardo, donde lleva trabajando 4 años. Le gusta mucho su trabajo y disfruta todo lo que tiene que ver con la educación. Le gusta Alalpardo porque es un pueblo pensado para sus vecinos, con espacios verdes amplios, recintos culturales y deportivos. “De Alalpardo me encanta su gente y la tranquilidad que se respira en sus calles, puedes detenerte a hablar en las calles, sin las prisas de la capital.” Cuando todo termine, sabe lo que quiere hacer: “quiero ver a mi familia y poder abrazarla. Echo de menos el mar y pasear con mi mujer por la avenida de la playa de las Canteras.”

En la parroquia de Alalpardo se han movilizado orando por todos los infectados para que pase pronto la epidemia. Jaime es el sacerdote encargado de Valdeolmos-Alalpardo desde hace 5 años y medio. Está aprovechando los días de confinamiento para dedicar más tiempo a la oración y la lectura. Pero también para recoger, ordenar y organizar cosas pendientes. O para recoger también la casa, y hacer limpieza más a fondo, hablar más con los amigos y familia y hacerlo de una forma más profunda. “Sigo celebrando la eucaristía y también intento mantener las catequesis de jóvenes, adolescentes y matrimonios por medio de videoconferencias. Se aprovecha el tiempo. Intento aprender, tenía como tarea pendiente dedicar diez minutos o quince minutos al día a aprender a tocar el piano ¡y la verdad es que ya voy haciendo mis pinitos! También dedico tiempo a escribir, a tareas que tenía pendiente, de investigación, de lectura, estoy haciendo el doctorado asi que no me viene mal también este tiempo para poder avanzar. Aprovechando también los silencios, ¡que se agradecen!” Tiene claro a quién quiere ver cuando todo esto acabe. “Echo mucho de menos a mis padres, poder abrazarles o poder darles un beso, poder jugar con mi sobrina, a mi hermana y a mi hermano también…  y ver a mis amigos, a mis ahijados, a toda la gente que suelo frecuentar. A los amigos de toda la vida.”

Cuando termine todo esto me gustaría volver a la pista de tenis a jugar, ¡cuanto antes! El primer lugar sería la iglesia, pero estoy yendo y sigo celebrando allí todos los días, así que lo siguiente sería ir a la pista de tenis. Aunque otra cosa que puedo hacer también, es irme al Faisán a comer con algunos amigos o al Toril que también se agradece, o a Marina que también es un buen lugar  para ir a comer juntos”.

Manu es ingeniero informático. Vive en Valdeolmos desde hace unos 15 años y junto con otros vecinos está detrás del grupo de whatsapp vecinal en el que intentan echar una mano a los vecinos que lo necesiten durante estos días. Cuando le preguntamos a quién echa de menos estos días, reconoce que, aunque no es mucho de video llamadas, echa de menos a su madre, que está en Cádiz. “Yo estoy aquí echando una mano a los que tengo a mi alrededor, pero no tengo forma de ayudar a mis padres”, confiesa.

Cuando todo termine, tiene muchas ganas de bajar a Andalucía, donde estuvo viviendo varios años. Aunque más cerca también tiene su rincón especial. “Echo mucho de menos el pasear tranquilamente, el estar con el perro sin pensar en qué va a pasar. Tengo muchas ganas de hacer el paseo que comunica Valdeolmos con Alalpardo, que me sorprendió por lo bonito que ha quedado y agradable que es”.

Miguel Ángel es el alcalde de Aldeolmos-Alalpardo desde hace 9 años, aunque lleva muchos más vinculado a la política y administración en el pueblo. “El día a día es, cuando menos, raro. En una jornada normal tengo mucha actividad en el Ayuntamiento, ahora con el virus, al estar cerradas las dependencias municipales, hay mucha soledad. Estamos trabajando a puerta cerrada y prácticamente no suena ni el teléfono”, comenta. Estos días están aprovechando para adelantar trabajo que tenían pendiente. Como responsable del Ayuntamiento, aprovecha para agradecer el trabajo de todos los empleados municipales durante estos días tan complicados. Cuando esto acabe, lo tiene claro: “me gustaría abrazar a todos mis familiares que ahora no puedo ver y después a amigos y conocidos. Estamos sufriendo una auténtica tragedia y personalmente he perdido una importante cantidad de amigos y conocidos.” No tiene preferencia por un lugar especial, aunque tiene claro que se queda en Alalpardo. “No me gustaría ir a un lugar en concreto, me gustaría disfrutar de mi municipio, de poder pasear por nuestras calles, por nuestros parques, por nuestros maravillosos campos. En definitiva, poder disfrutar de la libertad de poder movernos. ¡Dios quiera que esto acabe pronto!”.

Agradecimientos

Nuestro agradecimiento especial a: La tiendita de Dani; Ana Queral, pintora; Yolanda Rivas, estanco; Cristina, Chuches Pila Pilón; Ignacio, director del Colegio Árula;Sonia, panadería; Dolores Margarita Perez; Miguel Ángel Medranda Rivas, Alcalde de Valdeolmos-Alalpardo; Jaime Salido Moreno, párroco de Valdeolmos-Alalpardo; Manuel Martínez Sánchez.

Información de interés

Queremos construir tu hogar, el lugar donde tu familia y tú os sintáis verdaderamente en casa, por eso creemos que es nuestra labor apostar estos momentos por la responsabilidad social de todos, empresas y ciudadanos. Consulta nuestra guía Especial Coronavirus.

Cómo limpiar la casa si tenemos una persona enferma por coronavirus

Mantener unas medidas de higiene es fundamental para prevenir el contagio de enfermedades, y para evitar que se trasmita a otros miembros de la familia si convivimos con una persona infectada por coronavirus.

Ante todo, se recomienda que la persona que haya dado positivo:

  • se mantenga en una habitación aislada,
  • que tenga sus propios útiles de aseo (toallas, etc.)
  • y utilice mascarilla, y si es posible, dejarle un baño de uso exclusivo para ella, siguiendo siempre las indicaciones de los sanitarios.

A la hora de limpiar la casa, según las recomendaciones de la Comunidad de Madrid, la persona que vaya a realizar la limpieza deberá llevar guantes desechables y mascarilla. También se recomienda ventilar las habitaciones de la casa durante unos 5 minutos al día. Se preparará una mezcla de un vaso de lejía por medio cubo de agua, y con esto se limpiarán todas las superficies que pudieran estar en contacto con la persona enferma: encimeras, mesas, pomos de puertas, sillas, llaves, etc. Con esta mezcla se limpiarán también los baños y cualquier superficie que pudiera contener sangre, heces o fluidos.

La ropa de cama de la persona enferma se lavará con su detergente habitual y en caliente. Hay que evitar cualquier contacto con la ropa de la persona enferma, porque puede ser un foco de trasmisión de la enfermedad. Los platos y la vajilla se lavarán con agua caliente y en el caso de lavavajillas con un programa mínimo de 60 grados.

Para terminar, se tirarán los guantes y la mascarilla en una bolsa desechable y la persona se lavará bien las manos con agua y jabón.

Como medidas de prevención, se extremarán las medidas de higiene en todos los miembros de la familia, lavándose frecuentemente las manos y evitando tocarse ojos, nariz y boca. Asimismo, evitar acercarse a la persona infectada a menos de 2 metros de distancia.

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