A principios de 2020 nadie se podía imaginar el escenario en el que nos encontramos actualmente, comenzando el año con un despegue del mercado inmobiliario y una tendencia de crecimiento económico a todos los niveles. Sin embargo, estos últimos meses han supuesto un cambio general en nuestras vidas y nuestra manera de vivir, y no sólo porque la pandemia del coronavirus haya paralizado el país económicamente, sino porque probablemente muchos de nuestros hábitos y rutinas no van a volver a ser iguales. No obstante, esta nueva coyuntura puede suponer un nuevo enfoque a la hora de comprar una vivienda.
Cambios en los criterios de búsqueda de una vivienda. La periferia gana peso
Después de pasar confinados en casa varios meses, conviviendo con los niños, haciendo ejercicio y teletrabajando, son muchas las familias que han visto la necesidad de tener un espacio mayor, a poder ser con jardín o cerca de espacios abiertos. El confinamiento nos ha hecho valorar más los balcones, las terrazas y los jardines, la diferencia entre un piso interior o exterior o el tener parques y zonas de campo cercanas donde poder estar en contacto con la naturaleza. Y una vivienda con todas esas características es muy difícil de encontrar en el centro de las ciudades a un precio asequible. Ahí es cuando vivir en la periferia, en alguno de los muchos pueblos que rodean Madrid se puede convertir en una oportunidad.
Al igual que el resto de sectores (y el país completo), el inmobiliario ha sufrido una cuarentena. Es evidente que durante estos meses ha bajado mucho la compra-venta inmobiliaria, y la realidad ha cambiado para muchas personas y empresas. No obstante, desde portales especializados creen que se sigue respirando interés, y que aunque la crisis nos pueda llevar a una situación parecida a la de 2008, con dificultades evidentes para el mercado español, esperan que la demanda regrese buscando activos con precios asequibles para el mercado e hipotecas con bajos intereses.
El teletrabajo ha venido para quedarse, pero será necesario una regulación
Dentro de este punto de vista, creemos que esta situación puede ser una oportunidad, dada la coyuntura actual. Con numerosas empresas instaurando el teletrabajo como norma, ya no existe la limitación geográfica: con una buena conexión wifi se pueden limitar las visitas presenciales a la oficina a una o dos veces a la semana –incluso menos– y cada vez son más frecuentes las videollamadas y el trabajar online. Más aún si hablamos de trabajadores freelance donde la deslocalización geográfica es la norma y para los que disponer de un espacio en casa donde trabajar o crear un estudio puede ser una manera de optimizar tiempo y recursos.
El COVID-19 cambia la demanda de vivienda. De la ciudad al campo
Otro aspecto a favor de esta tendencia son los bajos datos de contagio por coronavirus que se han dado en muchos de estos municipios de la comunidad de Madrid, sobre todo si los comparamos con los registrados de Madrid. Tanto Valdeolmos-Alalpardo como otros municipios de la zona de la cuenca del Jarama tienen la suerte de no haber tenido muchos casos de personas contagiadas, con una evolución muy favorable para el futuro. Si a esto le sumamos la posibilidad de tener la naturaleza “en la puerta de casa”, pero sin renunciar a las comodidades de colegios, comercios, farmacias o centros de salud, la vida en estos municipios se presenta como una oportunidad apetecible para muchas personas.