Las diferentes medidas tomadas por el gobierno durante este confinamiento han sido en su mayoría dirigidas a evitar el contagio por el coronavirus. Por eso han cerrado comercios, bares y restaurantes, salones de celebraciones, centros educativos, etc. Sin embargo, y dentro de la gravedad de la situación que estamos viviendo, permanecen abiertas las tiendas de alimentación y los restaurantes que sirven comida a domicilio, para poder seguir comprando comida preparada, alimentos y productos de primera necesidad.
Es durante estos días cuando realmente ponemos en valor al comercio de proximidad, a esas carnicerías, panaderías, fruterías o tiendas de ultramarinos de toda la vida, a esos pequeños supermercados de barrio que siempre nos han sacado de un apuro, y que ahora están desarrollando una importante labor. En los pueblos pequeños, estos comercios tienen un gran peso, no solo por ser de los pocos que permanecen abiertos, sino por el papel social que tienen. Muchos ahora llevan los pedidos a domicilio a las casas de los clientes, sobre todo de personas mayores. Sin embargo, la realidad es compleja para todos, y la amenaza de una crisis económica como la de hace unos años acecha a la vuelta de la esquina.
Dani es el propietario de La Tiendita de Dani, una tienda de alimentación de Alalpardo, que lleva abierta poco más de 10 años. Durante todas estas semanas, incluida la Semana Santa están atendiendo encargos que la gente les hace por whatsapp para entregar a domicilio, repartiendo los pedidos en unas 24 horas. Se han organizado por redes sociales, principalmente Facebook, para poder llegar a todas las personas. “Mantenemos todas las medidas de protección”, confirma Dani, “que la gente esté tranquila por eso”. La iniciativa surgió para darle una alternativa a muchos vecinos de Alalpardo, sobre todo para evitar que las personas mayores saliesen a la calle, pero aparte de ese público, también hay mucha gente que viene por primera vez, principalmente joven, que está pidiendo el reparto a domicilio. La situación se repite con Sonia, la propietaria de la panadería de Alalpardo. Desde la panadería también hacen repartos a domicilio de pan y repostería a muchas personas del pueblo: “cuando les llevo el pan a domicilio, sobretodo a las personas mayores, es una pena, verles en sus casas, con resignación”, nos contaba Sonia sobre su experiencia durante estos días con el estado de alarma, que compartimos junto a las de otros vecinos de Valdeolmos-Alalpardo.
Una realidad que ya forma parte de nuestra rutina diaria, a la que nos estamos acostumbrando. Sin embargo, lo importante es que más allá de la compra de productos, hay personas que se interesan por otras, personas que intentan echar una mano a quien lo necesite para que nadie se quede atrás. Compartiendo una de las reflexiones de Simona, que trabaja también en La Tiendita de Dani y que ha publicado en facebook. “Cuando tú vienes a comprar y te llamo por tu nombre, te pregunto por tus hijos, por un problemilla que estás pasando, o cuando te faltan 7 euros porque no pensabas comprar tanto. Ahora te das cuenta: a mí, a esa pequeña tienda del pueblo, me importas. Yo quiero verte pasar, abrir la puerta y verte sonreír, o estar allí para darte ánimos. Y es porque a pesar de todo, el ser humano se mueve por emociones y sentimientos. Cuenta conmigo, nadie está solo.”
La Tiendita de Dani Los Caprichos de Sonia
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